3 de diciembre de 2014

Las Causas y la Prevención de la Obesidad Infantil

La obesidad infantil es una de las epidemias de salud más graves de nuestros tiempos. Este gran problema sanitario afecta sobre todo a países avanzados a nivel industrial. Sin embargo, ya está llegando a extenderse a las áreas urbanas de los países en vías de desarrollo. La Organización Mundial de la Salud calcula que existen ya 42 millones de niños obesos en el planeta. ¿Y por qué se genera este grave problema? Las posibles causas de la obesidad infantil son diversas. Un motivo fundamental es que nuestras dietas se han modificado en las últimas décadas, ahora abundan los productos altos en grasas y azúcares, muchas veces de origen industrial y negativos para la salud. Este tipo de alimentos carecen, además, de muchos nutrientes necesarios, como ácidos grasos esenciales, hidratos de carbono complejos, vitaminas y minerales. Por otra parte, nuestras sociedades urbanas están cada vez más avanzadas en tecnología, y por eso necesitamos emplear poca actividad física para trabajar, desplazarnos o divertirnos. El ocio y el trabajo son cada vez más sedentarios.
Es una realidad que alimentación y hábitos de los menores dependen muchísimo de las personas que les crían. Por eso mismo necesitamos comprender la magnitud del problema y cómo podemos prevenir y curar la obesidad infantil.

Como Prevenir la Obesidad Infantil desde la Lactancia

La prevención precoz de la obesidad infantil comienza desde los primeros momentos de vida. Desde el mismo embarazo es muy importante que la madre se alimente de manera equilibrada. El modo en el que se nutre la madre influirá en todas las áreas de desarrollo del feto, especialmente en su peso y dimensiones corporales. Una vez que el bebé ha nacido, es una buena estrategia en la prevención de la obesidad el que la madre opte y sea capaz de mantener una lactancia materna. El niño, la madre y el pecho sientan las primeras bases de una alimentación sana y equilibrada. De hecho, la leche materna contiene todos los nutrientes necesarios para el crecimiento saludable del bebé, ya que la clase de proteínas, azúcares y grasas que contiene son las más beneficiosas para el ser humano en formación.
Los estudios científicos europeos demuestran que la lactancia materna, mantenida al menos hasta los cuatro o seis meses, favorece el que los niños puedan crecer con un peso normal y evitar los problemas de sobrepeso y obesidad en la infancia. La leche materna ejerce un efecto protector, no solo ante enfermedades infecciosas, vómitos y diarreas, sino también ante el exceso de peso a lo largo de toda la infancia y adolescencia.

La Obesidad Infanitil y La importancia de Comer en Familia

Cuando el niño comienza a adquirir hábitos de alimentación, al igual que en el aprendizaje del resto de hábitos, va a imitar muchas de las conductas de su familia. Por eso es de vital importancia que la mayoría de las veces se pueda comer en familia, es un hecho que el sentarse juntos a la mesa favorece directamente la prevención de la obesidad infantil.
Comer en familia ayuda a combatir la obesidad infantil
Comer en familia es la mejor herramienta para combatir la obesidad infantil

Los mejores hábitos nutricionales que puede transmitir la familia son los relativos a la dieta mediterránea. Es decir, el poder comer unas cuatro o cinco o piezas de fruta diarias, además de dos o tres raciones de verduras, una cantidad significativa de cereales a lo largo de la semana y pescado o carne en menor cantidad. Las grasas más saludables son las que la familia hace bien en incluir en su dieta, ya que así los niños pueden beneficiarse de sus importantes ventajas para su desarrollo: Los ácidos grasos esenciales, como los hallados en los frutos secos, el aceite de oliva y los pescados azules, son un buen ejemplo de grasas saludables, seguidos por las grasas de origen animal, que han probado ser menos perjudiciales de lo que se pensaba en los últimos años. Es importante que la familia no abuse de grasas y azúcares refinados e industriales, que más bien incluya este tipo de alimentos como algo anecdótico y esporádico.

La Comida Rápida y la Obesidad Infantil

La comida rápida suele contener un índice bastante alto de azúcares refinados, que junto con las grasas no saludables elevan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes en los menores. Es cada vez más elevada la proporción de niños que sufren estas enfermedades hoy en día, las cuales antes se hallaban más bien en población adulta.

Los Refrescos Azucarados y la Obesidad Infantil

Las patatas chips y los snacks, consumidos también a modo de hábito, fomentan la obesidad infantil. Esto es debido a la gran cantidad de grasas saturadas y a veces industriales, las llamadas “grasas malas”, que se acumulan en el organismo y dificultan su correcto funcionamiento. Este tipo de manera de consumir aperitivos industriales no es saludable, pero los niños pueden beneficiarse de los excelentes nutrientes que contiene este alimento si las consumen de forma tradicional cocidas, guisadas o al horno.

Soluciones a la Obesidad Infantil

Los tratamientos para la obesidad infantil pasan por la progresiva incorporación de hábitos de comida saludables y equilibrados. Los cambios necesarios no son fáciles, ya que partimos de hábitos perjudiciales que están muchas veces instaurados desde hace años. Además, muchos de los niños con obesidad o niños con sobrepeso padecen este desorden porque tienen dificultades psicológicas, las cuales muchas veces se hallan en la familia. Muchos niños comen compulsivamente debido a la ansiedad que sienten por otros motivos. En muchas ocasiones, una terapia individualizada ayuda a solucionar los problemas psicológicos que han llevado al niño o niña a comer desordenadamente, educando al niño progresivamente en hábitos de alimentación equilibrados, sin renunciar a alimentos sabrosos pero sanos.
La terapia familiar es una poderosa herramienta para lograr la salud física y emocional de todos sus miembros, ya que averiguando las causas del malestar y ayudando a la familia a encontrar sus propias soluciones, se pueden ir modificando también los hábitos alimentarios que han conducido al peso excesivo. La actitud de los padres es muy importante para ayudar a toda la familia y para beneficiar, sobre todo, a los hijos. Las terapias para prevenir los problemas psicológicos y la obesidad infantil son muy útiles para lograr que tu hija o hijo crezcan como adultos sanos y felices. Siempre se está a tiempo de modificar un problema de salud, que muchas veces es psicológico y físico a la vez, y lograr un futuro sano para tus hijos.

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